Son muchos los emprendedores que, animados por el éxito de otros y por las nuevas oportunidades, se animan a impulsar una tienda online, ya sea desde un negocio tradicional con sede física, que amplía sus canales de venta, o bien una empresa de nueva creación que solo quiere vender por internet. En muchas ocasiones, el impulsor de la tienda se dice que va a «probar», y se lanza a la aventura con muchas ganas pero poco estudio previo de si de verdad vale la pena. Al final, resulta que el 80% de los ecommerce en España fracasan antes de llegar a un año, con la pérdida de tiempo y dinero que supone para quien la levantó.
Nadie puede asegurar el éxito de una tienda online, lo mismo que de un negocio de los de toda la vida, pero sí hay acciones y omisiones que van a garantizarte el fracaso, y de eso hemos hablado recientemente en un curso que hemos impartido en la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar. No con la intención de desanimar a los que tenían la idea en la cabeza, sino para que lo hagan con conocimiento de causa y se eviten disgustos en el futuro.
Repasemos las medidas que van a garantizar el fracaso de tu tienda online:
- Abrir la tienda sin hacer un estudio de mercado y de la competencia previos, lanzarte así «a lo loco».
- No analizar previamente cuál es tu comprador tipo, y cómo llegar a él (porque no va a conocer tu tienda online por ciencia infusa).
- No calcular los gastos que supondrá la apertura de la tienda online, entre ellos
- Alojamiento y dominio de la web.
- Pasarelas de pago con bancos, acuerdos con PayPal o similar…
- Diseño y realización de la tienda online. En este caso existe la tentación de quienes prometen que puedes hacerte la web gratis: si la haces tú mismo, eso también supone un coste, de tiempo que dejas de destinar a otros aspecto del negocio. Además debes responderte a preguntas como ¿necesito mi web en más de un idioma? ¿Quién hace las fotos de mis productos? Son aspectos que pueden aumentar el coste de la propia web.
- Consultoría legal de las distintas leyes que deberás cumplir para no tener una sanción por sorpresa. Entre ellas, la Ley de Cookies, la Ley de Protección de Datos, la Ley del Consumidor Online, la llamada «tasa Amazon»…). Cada ley te obliga a cumplir aspectos que debes conocer.
- Gastos posteriores al lanzamiento, como pueden ser la campaña de promoción y publicidad, el mantenimiento y actualización de la propia web, la gestión de redes sociales y marketing online…
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Un momento de nuestro curso sobre tiendas online en Algeciras. Tener una página web mal estructura, en la que al cliente le cueste mucho encontrar lo que busca.
- Velocidad de carga lenta. Puede parecer algo tonto, pero el internauta no espera más de 3 segundos antes de abandonar tu página si no se carga.
- Obligar al cliente a registrarse: cuantos más datos y formularios tenga que dar, menos posibilidades de que finalice la compra.
- No tener la web optimizada para tabletas y móviles: cada día tienen más peso estos dos formatos, en detrimento del ordenador de mesa.
- Tener los productos descritos de forma pobre e insuficiente: la web es tu escaparate, tienes que hacerlos atractivos y explicar al cliente por qué los necesita.
- No tener información clara y suficiente sobre los propietarios de la empresa, teléfonos y correo electrónico de contacto, servicios de atención al cliente y política de devolución. Todavía hay quien desconfía de las compras online, y más si no ve claro quién está detrás.
- Introducir gastos de envío o costes adicionales al final del proceso de compra. Esto enfada bastante y es una vía rápida para perder clientes.
- Dar pocas opciones de pago: al cliente le gusta elegir.
- No tener ofertas ni promociones. Una promoción periódica incita al potencial cliente a visitar tu ecommerce de vez en cuando para ver qué pesca.
- No tener una estrategia de marketing online que difunda la existencia de la tienda más allá de tu familia y amigos: esto incluye posible publicidad y redes sociales actualizadas con publicaciones interesantes, más allá de la machacona promoción.
- No contestar rápidamente una consulta. El cliente online tiene poca paciencia y mucha oferta de tiendas como la tuya a las que acudir si no le contestas pronto.
- No tener visibles los avisos de que cumples las leyes de que hablábamos un poco más arriba. Su ausencia genera desconfianza y al final recelo ante la compra.
En resumen, si escatimas tiempo y dinero al principio de tu ecommerce, el fracaso está garantizado, como en los negocios tradicionales. La tienda online es tu único escaparate y tienes que cuidarlo para convencer a las personas que no te conocen, de que envíen un dinero esperando que tendrán su recomensa. ¡Pónselo fácil o se irán a la competencia!